
Dra. Paz Pacheco Ramos
Farmacéutica, Hospital Clínico San Carlos
¿Considera que podría ser interesante implementar un modelo de abordaje multidisciplinar para atender a los pacientes con microangiopatías trombóticas (MAT) en el entorno hospitalario?
PP: Sin duda sería interesante que existiera un equipo coordinado de profesionales para la detección y el abordaje de las microangiopatías trombóticas. Estas patologías suelen ser emergencias médicas, por lo que no se puede demorar la actuación y el tratamiento. Si el abordaje lo hace un equipo coordinado claramente aportará ventajas a la asistencia del paciente.
¿Cuál es el papel del Servicio de Farmacia Hospitalaria en el circuito asistencial de las MAT?
PP: Los farmacéuticos tenemos varios roles. Para empezar, tenemos que ser muy ágiles para tramitar la disponibilidad del fármaco que se necesite, porque al tratarse de una emergencia médica no podemos retrasar el tratamiento. Por otro lado, tenemos que asesorar al equipo clínico (médicos y enfermeras) sobre el perfil de seguridad del fármaco y la correcta administración del tratamiento. También es deseable, aunque no siempre se consigue, proporcionar atención farmacéutica al paciente. Si no en todo el circuito asistencial, por lo menos en algunos puntos. En cuanto al abordaje, aunque para las MAT los servicios de nefrología, hematología y análisis clínicos tienen un papel fundamental, es muy importante el cribado que se hace desde Urgencias o desde Atención Primaria, por lo que son también servicios fundamentales.
¿Cómo es la comunicación entre los servicios implicados en el manejo de las MAT y cómo considera que se puede optimizar?
PP: A día de hoy el sistema de comunicación no es ágil: el paciente va pasando por los diferentes servicios que le atienden, su información. A día de hoy el sistema de comunicación no es ágil: el paciente va pasando por los diferentes servicios que le atienden, su información está en diferentes programas, y los profesionales que estamos implicados a veces interaccionamos fácilmente, y otras tenemos que buscarnos. Actualmente, agilizar un caso de este tipo depende de la buena relación entre nosotros y de nuestra buena voluntad de trabajo en equipo, porque somos profesionales que nos conocemos y llevamos muchos años trabajando juntos. No tenemos de momento una plataforma de comunicación adecuada, cuya labor fundamental sería la estandarización de los parámetros clínicos necesarios para enfocar la patología. Ahí el Servicio de Análisis Clínicos tendría un papel fundamental.
Existen algunas experiencias de éxito en algunos hospitales que han desarrollado trabajos coordinados que funcionan con plataformas a través de las cuales se comunican los servicios. Nosotros queremos desarrollar un trabajo coordinado en una plataforma tipo chat, que permita una comunicación ágil y que cumpla con todos los requisitos de confidencialidad, tanto a nivel corporativo como a nivel asistencial del paciente. Esto agilizaría mucho el circuito asistencial.
¿Cree que se puede mejorar el tiempo de diagnóstico de los pacientes con Síndrome Urémico Hemolítico atípico (SHUa)? ¿Considera que mejoraría aún más la eficacia actual de su tratamiento?
PP: En este tipo de patología un diagnóstico más ágil puede aportar muchas ventajas. El diagnóstico se podría agilizar teniendo la plataforma de comunicación que mencioné antes, donde los parámetros analíticos que están alterados en el paciente y que nos orientan hacia la patología estén muy claros y nos den alertas rápidas. Además, si dispusiéramos de la plataforma, no sólo se enteraría el Servicio de Análisis Clínicos, sino que en el mismo momento estarían los datos a disposición de todos los profesionales que pertenecen a la plataforma.
Para la eficacia del tratamiento es fundamental el diagnóstico temprano. En el SHUa el tratamiento principal y de primera línea es el eculizumab. Tras una primera administración, la función renal y los parámetros hematológicos del paciente mejoran. Algunos pacientes, incluso, pueden prescindir de la diálisis. Un diagnóstico temprano y un enfoque del tratamiento temprano es muy ventajoso. Desde el punto de vista farmacéutico, el agilizar el diagnóstico y el tratamiento permite un mejor asesoramiento en cuanto a seguridad del fármaco. Por ejemplo, en el caso de eculizumab es necesario vacunar a los pacientes para prevenir la meningitis. No es necesario vacunarlos antes de la primera infusión de tratamiento, pero sí se debe hacer en las primeras dos semanas en ese período. Entonces, un diagnóstico rápido permite un tratamiento rápido, mejorar la eficacia y organizar mejor el perfil de seguridad del fármaco.
¿De qué manera ha contribuido el uso de eculizumab en el manejo del SHUa?
PP: De acuerdo con los estudios que hay publicados hasta la fecha, el eculizumab aporta varias ventajas a los pacientes con SHUa. En primer lugar, mejora su calidad de vida, según se ha estudiado en cuestionarios de calidad estandarizados. Por otro lado, también es evidente que mejora la función renal y los parámetros hematológicos, el recuento de plaquetas, y los niveles del LDH, todo esto está comprobado. También disminuye el porcentaje de pacientes que tienen que continuar con diálisis y el porcentaje que tiene que recibir plasma fresco como tratamiento. Por último, es importante su perfil de seguridad, porque soluciona una emergencia médica sin aportar una gran toxicidad: es un fármaco con buena tolerabilidad y, en ese sentido, la supervivencia renal del paciente ha cambiado drásticamente desde que se utiliza en esta patología. Actualmente no hay ninguna duda sobre la pertinencia de su uso en primera línea para este diagnóstico. De hecho, está indicado y financiado.
En su opinión, ¿cuáles son los retos pendientes más importantes en el manejo del SHUa?
PP: En general, en la atención de las enfermedades raras, no solo en este síndrome, tenemos muchos retos por delante. Por ejemplo, tenemos que seguir aportando agilidad en la disponibilidad de los fármacos, facilitar el acceso, sobre todo en las patologías que requieren un tratamiento urgente. Luego, tenemos que seguir contribuyendo al uso apropiado y seguro de los fármacos, asesorar en un tiempo adecuado sobre el perfil de seguridad de cada tratamiento, y participar en la evaluación de los resultados en salud para, una vez evaluados, tratar de mejorarlos. Esto lo podemos hacer mediante estudios colaborativos con otros facultativos que atienden al paciente, o con el propio paciente que participa en estos estudios, dándonos su opinión sobre la calidad de vida que le está proporcionando el tratamiento. Es muy importante tener presente que hay que realizar un seguimiento estrecho de estos pacientes, para que estos resultados nos permitan hacer un abordaje mejor en los siguientes pacientes, ya que no tenemos tantos casos como para tener una muestra sólida, y es importante el seguimiento estrecho de cada persona.
La participación tanto de farmacéuticos como otros profesionales en plataformas de intercambio de conocimientos, plataformas de gestión clínica, va a aportar siempre ventajas, así como el registro meticuloso de la historia clínica y fármaco-terapéutica del paciente. Por respeto al paciente y al sistema de salud en el que trabajamos, es fundamental que ese registro sea lo más detallado posible. Y vuelvo al principio, porque no quiero olvidarme de los servicios importantes como son Atención Primaria y Urgencias: no podemos ver al paciente desde una ventanita asistencial donde cada uno vemos nuestro campo. Lo que hay que hacer es un abordaje global integrado, donde todos los profesionales que lo van a atender a lo largo de todo el circuito tengan presente la importancia del seguimiento y la monitorización estrecha.