
El valor de las intervenciones sanitarias es un concepto multidimensional en continua evolución y sobre el que todavía no hay un claro consenso definido1,2. En todo caso, una creciente corriente aboga por incluir en el mismo la perspectiva de los distintos agentes que componen el sistema, incluyendo a los pacientes. El contexto de las enfermedades raras (EERR), dadas sus particularidades, puede suponer un ámbito especialmente idóneo, aunque también desafiante, para incorporar la visión y preferencias de los pacientes en la toma de decisiones3.

Este artículo pretende abordar el tema de las experiencias y resultados en salud reportados por los pacientes con EERR. Para ello, revisaremos los instrumentos utilizados para su medición y su evolución en el tiempo, destacando los beneficios de su utilización e identificando las potenciales barreras para su implementación. Además, reflexionaremos sobre posibles estrategias en aras de aumentar el impacto de su uso.
HISTORIA Y EVOLUCIÓN
La incorporación de la perspectiva de los pacientes en la evaluación de su estado de salud se remonta al año 1932, con la creación de la escala Likert para medir las actitudes y, 15 años más tarde, su desarrollo a través de la Escala de Funcionalidad de Karnofsky, que sería utilizada un año después para medir la capacidad funcional de pacientes con artritis reumatoide13–15.
Sin embargo, es a partir de las décadas de 1970 y 1980 cuando empiezan a producirse verdaderos avances en el desarrollo de instrumentos genéricos de medición y en la reducción psicométrica (escalas con menos ítems) de la medición de la salud. Esto culminó con una expansión, a partir de 1990, del desarrollo de instrumentos específicos para diversas patologías, así como del número de publicaciones científicas basadas en resultados desde la perspectiva de los pacientes16–20.
A principios de los años 2000 surge el término PROM y se desarrollan los primeros instrumentos para medir la experiencia percibida por los pacientes, primero basados en meras encuestas de satisfacción que fueron evolucionando hasta usar, en la actualidad, eventos objetivos21–23. A partir de la segunda mitad de los años 2000, se desarrollan diversas guías clínicas (como los Grupos de Trabajo de ISPOR), y surgen marcos normativos e institucionales relacionados con la utilización de los resultados y experiencias reportadas por los pacientes4,5,9,24–36.
Estos hitos se han reflejado en un aumento del número de publicaciones que contienen la perspectiva de los pacientes en la evaluación de su salud. En 2020, había casi 64 mil publicaciones relacionadas con el uso de instrumentos para medir la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), PREM y PROM. De este total, la mayoría de ellas (74,3%) utilizaron instrumentos para medir la CVRS, seguidos de PROM (25,3%), y apenas 284 publicaciones utilizaron instrumentos para medir las PREM (0,4%).
En el ámbito de las EERR, el uso de PROM y PREM en las publicaciones científicas todavía es limitado, si bien ha experimentado una evolución muy notable en los últimos años, con un aumento anual promedio del 45%, algo superior al 40% medio experimentado en las publicaciones con PROM o PREM en el total de patologías (Figura 2).
PROM: resultados reportados por el paciente
Las medidas de resultados reportados por los pacientes (Patient Reported Outcomes Measures, PROM) se refieren a “cualquier resultado evaluado directamente por el propio paciente y basado en la percepción del mismo sobre una enfermedad y su tratamiento, sin interpretación de la respuesta del paciente por parte de un médico o cualquier otra persona”4,5.
En aquellos casos en los que los pacientes son incapaces de autoreportar resultados, la recogida de datos sobre los beneficios del tratamiento se hará por parte de observadores, que pueden ser los profesionales clínicos, cuidadores, familiares o cualquier otra persona con conocimiento directo sobre los síntomas, actitudes o capacidad funcional del paciente. Estos indicadores se denominan Resultados Reportados por los Observadores (Observer-reported Outcomes, ObsROs) o Resultados Reportados por los Clínicos (Clinician-Reported Outcomes, ClinROS).
Generalmente, las PROM se recogen a través de cuestionarios estandarizados y validados que recogen la percepción de los pacientes sobre su estado de salud, mediante una serie de dimensio- nes o atributos representativos de su calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Existen instrumentos genéricos de medición de PROM, diseñados para ser utilizados en todos los individuos, e instrumentos específicos, desarrollados especialmente para una enfermedad, síntoma, o característica concreta. Por su parte, los instrumentos pueden ser psicométricos (perfiles descriptivos de los componentes de las dimensiones de salud) o econométricos (resumen el estado de salud en un único valor global)6.
PREM: experiencias percibidas por el paciente
Las medidas de experiencias percibidas por los pacientes (Patient Reported Experiences Measures, PREM) tratan de recoger la percepción de los pacientes durante su recorrido por la asistencia sanitaria, siendo por tanto un indicador de calidad de la asistencia recibida y un elemento imprescindible para la medicina y la investigación centrada en los pacientes6.
La satisfacción y la calidad asistencial son la base de lo que se conoce como Experiencia del Paciente, que se compone de seis dimensiones: la dimensión física, la calidad asistencial, los aspectos emocionales, el contexto familiar, el contexto laboral y social y la dimensión simbólica, referente a las creencias personales de naturaleza simbólica (Figura 1).

Para que tenga valor, la experiencia del paciente tiene que recogerse en términos ligados a la investigación científica. Al igual que las PROM, también las PREM se miden a través de encuestas o de cuestionarios, si bien su desarrollo métrico suele ser más limitado. Las preguntas pueden referirse a un determinado entorno (por ejemplo, atención primaria, hospitalaria, atención a largo plazo) o a un aspecto específico de la atención (por ejemplo, continuidad, autonomía, suministro de información), para obtener datos escalados en una variedad de dimensiones que incluyen accesibilidad, comunicación, continuidad y confianza7. En otras ocasiones, pueden tratar de capturar la percepción sobre aspectos técnicos de las instalaciones o equipamientos8.
Un creciente número de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está incorporando mediciones de la experiencia de los pacientes a nivel nacional de una manera estructurada, a través de encuestas poblacionales, a diferencia del uso ad hoc realizado en periodos anteriores9,10. En España, el barómetro sanitario, publicado anualmente desde 1998, mide las atribuciones de valor relacionadas con las experiencias de los pacientes en distintas áreas del sector sanitario nacional, como el funcionamiento general del sistema, la valoración de la atención primaria, especializada y de urgencias, o los tiempos de espera entre derivaciones o en la lista de trasplantes, entre otros10. Esto permite, además, realizar comparaciones internacionales, que son relevantes para la mejora continua de la atención ofrecida. En 2018, un 68,3% de los españoles consideraba que el sistema sanitario funcionaba bien o bastante bien, aunque necesitaba algunos cambios. En los demás países analizados, este porcentaje era inferior al 60% y, en algunos casos, como EEUU, inferior al 20%10.
Otro ejemplo relevante en el ámbito de las PREM es el Instrumento de Evaluación de la eXperiencia del PAciente Crónico (IEXPAC), creado en España en 2016 para evaluar la experiencia de los pacientes con enfermedades crónicas en una escala de 11 ítems. Este cuestionario incluye temas relacionados con la adherencia, la importancia que los pacientes creen que dan los profesionales a su calidad de vida, el nivel de interés y coordinación de los profesionales, la posibilidad de acceder a los registros médicos, el nivel de información recibido, y la posibilidad de compartir experiencias con otros pacientes, entre otros11. Dos años después, basado en el IEXPAC, se creó un cuestionario para medir también la experiencia vivida por los cuidadores12.
BENEFICIOS PARA LOS PACIENTES, BARRERAS
Y FACILITADORES A LA IMPLEMENTACIÓN DE PROM Y PREM EN EERR
La utilización de PROM y PREM en el manejo de las EERR se asocia a diversos beneficios potenciales. Para los pacientes, su uso en las consultas presenciales podría promover una mayor conexión con sus profesionales sanitarios, al permitirles informarles, de una manera más estructurada, cómo es convivir con la enfermedad en su día a día. También les pueden ayudar a recordar temas impor- tantes a tratar en la consulta, sin los cuales podrían olvidarse o no considerarlos relevantes39. El uso de PROM y PREM puede además ayudarles a detectar problemas no reconocidos, a mejorar la forma de reportar y monitorizar síntomas y a evaluar mejor las respuestas a los tratamientos recibidos39.
Entre los profesionales, el uso de PROM podría mejorar su relación y comunicación con el paciente, al actuar como un instrumento que facilita la iniciación de conversaciones durante la consulta y el suministro de información detallada y por escrito, y podría ayudarles a demostrar su interés y preocupación por los pacientes. Las PROM podrían ser especialmente útiles para hablar de los aspectos psicológicos relacionados con el aislamiento, la falta de esperanza y de tratamiento o el retraso diagnóstico que sufren los pacientes con EERR, y que les generan malestar y ansiedad. Además, pueden ayudar en la estratificación de los pacientes y en la potenciación de la atención multidisciplinar, dado que, el instrumento informa sobre aspectos del tratamiento que son útiles para diversas disciplinas39.
En suma, las PROM pueden posibilitar el desarrollo de una visión compartida de objetivos de tratamiento, estado de salud y motivo de las visitas, lo que puede derivar en cambios en el comportamiento del paciente (visitas, adherencia) y en cambios en la gestión por parte del profesional (derivación, consejos, etc.), redundando en mejores resultados en salud.
Más allá del ámbito asistencial, el uso de PROM basadas en la perspectiva de los pacientes también puede tener un impacto positivo en el ámbito de la investigación, la evaluación y el proceso de acceso a los medicamentos, a través de un mejor entendimiento de la historia natural de la enfermedad, la demostración de la efectividad clínica real o la medición del impacto social de la intervención. Estos beneficios adquieren una mayor importancia en el caso de las EERR, debido a que la propia naturaleza de estas patologías supone retos adicionales relacionados con la heterogeneidad y falta de conocimiento de las enfermedades, su gravedad y cronicidad, la menor evidencia clínica disponible, la dispersión geográfica de los pacientes o la falta de alternativas40.

En el caso de las PREM, poder identificar los determinantes de la experiencia individual de los pacientes puede ser muy beneficioso para mejorar la atención aportada, planificar mejor los recursos y potenciar la motivación y compromiso del paciente. El uso de instrumentos homogéneos permite la comparabilidad entre centros, regiones y patologías.
Pese a los beneficios indicados, existen diversas barreras a la implementación de las PROM en este ámbito de las patologías poco frecuentes. Una de ellas es la falta de conocimiento por parte de los profesionales y de los propios pacientes con EERR sobre su importancia. En algunos casos, los pacientes no comprenden el verdadero beneficio de realizar esta evaluación. En otros casos, son los profesionales quienes tienen la percepción de que la recogida de estos datos no es necesaria, y que la misma se reduce a una actividad estrictamente relacionada con la investigación académica, ya que esta información es en gran parte ya conocida por los profesionales que tratan a los pacientes en su práctica clínica habitual (Figura 3)39.
Otro desafío se refiere al tiempo necesario para poder cumplimentar el cuestionario, discutirlo en consulta y tratar los síntomas identificados, lo que puede ser un impedimento para que la implementación de estos instrumentos se haga de una manera efectiva. Esto se une al hecho de que, en muchos casos, el cuestionario se administra electrónicamente, lo que, asociado a los bajos niveles de alfabetización informática de los pacientes, también podría representar una barrera para su implementación39. Entre las potenciales barreras también figuran las administrativas (permiso y costes para el uso de estos instrumentos), la idea de que el uso de PROM y PREM puede hacer que el paciente se sienta forzado a abordar problemas que no quiera comentar, o la percepción o desconfianza por parte de los profesionales de que la información recogida se convierta en un indicador de calidad asistencial6.
Por su parte, existen algunos factores que podrían funcionar como facilitadores de la implementación de PROM y PREM, desde la visión de los pacientes con EERR y de los profesionales que los atienden. Uno de ellos es el propio entusiasmo de los clínicos y los pacientes hacía la utilización de estas herramientas, dada la falta de conocimiento existente sobre la enfermedad. Asimismo, cuestionarios con algoritmos adaptativos, que reducirían el número de preguntas en función de las respuestas que se vayan obteniendo, podrían ser otro factor facilitador, así como el envío de recordatorios a los pacientes (Figura 3)6.

GRADO DE UTILIZACIÓN DE PROM ENTRE LOS PACIENTES CON EERR
Para entender mejor hasta qué punto la perspectiva de los pacientes está incorporada en el proceso de desarrollo de fármacos dirigidos a tratar EERR, conviene analizar el grado de utilización de estos instrumentos en las distintas fases del proceso de desarrollo y aprobación del fármaco frente al resto de enfermedades.
Las enfermedades que tradicionalmente han requerido un mayor apoyo en PROM para el análisis de su beneficio clínico son las del sistema nervioso, así como los trastornos mentales y de comportamiento y las enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conectivo. Entre ellas, el porcentaje de medicamentos aprobados con inclusión de PROM asciende al 47%41. En cuanto a tratamientos, los medicamentos para el cáncer son los que incluyen en mayor medida PROM (presentes en el 70% de las indicaciones aprobadas entre 2012 y 2016)42.
Sin embargo, entre las terapias dirigidas a EERR, el uso de algún tipo de PROM en el momento de su designación como medicamento huérfano es de solo un 17%, si nos referimos a los 258 medicamentos huérfanos (excluyendo cáncer) designados por la EMA y la FDA entre 2002 y 201743. Estos 45 fármacos para EERR que incluían PROM tenían un enfoque primario basado en síntomas, como disnea, fatiga y dolor, y en menor grado, basado en factores que examinaban la calidad de vida de los pacientes. Además, de estos fármacos, apenas 9 (20%) contenían PROM específicos para la enfermedad rara, utilizando 6 instrumentos desarrollados a medida para estas enfermedades43.
El uso de PROM es más intensivo en el ámbito de la investigación, donde dos quintas partes (n=50) de los 115 ensayos clínicos desarrollados en enfermedades raras entre 2002 y 2017 incluían algún tipo de PROM en su diseño43. De estos, 34 medían síntomas y 22 evaluaban alguna variable relacionada con la calidad de vida (algunos estudios utilizaban ambos). De los 22 estudios centrados en calidad de vida, solo uno utilizaba una PROM como variable primaria, obtenida a través del instrumento Acromegaly Quality of Life Questionnaire (AcroQoL), mientras que los demás las consideraban variables secundarias. La mayoría de los 22 estudios mencionados utilizaba cuestionarios genéricos y solo 7 (31,8%) utilizaban cuestionarios específicos (Figura 4).

Una de las principales barreras relacionadas con este bajo grado de utilización de PROM en el desarrollo de fármacos es el requerimiento, por parte de las agencias de evaluación, de instrumentos basados en preferencias que generen una medida de utilidad, como por ejemplo el EQ-5D. Estos instrumentos genéricos en muchos casos no son capaces de recoger una información que refleje la verdadera percepción de los pacientes con EERR sobre su estado de salud, debido a que son enfermedades complejas y poco conocidas44. Una forma de mejorar esta situación es derivando medidas de utilidad a través de cuestionarios no basados en medidas de preferencia, como son los instrumentos generalmente utilizados para medir las PROM en EERR, ya sean específicos o genéricos. Este proceso, denominado “mapeamiento”, es recomendado por agencias como el NICE, del Reino Unido. En el proceso de mapeamiento se desarrollan y utilizan algoritmos y modelos de regresión para predecir valores utilitarios relacionados con la salud (Health State Utility Values, HSUV), a través de datos obtenidos mediante otros instrumentos para medir resultados en salud, como las PROM específicas para enfermedades concretas, por ejemplo44. Una revisión sistemática publicada recientemente identificó 19 estudios que realizaron este tipo de mapeamientos para 13 EERR. De estos, la mitad utilizaba PROM específicas para EERR (47%), mientras que 3 (16%) derivaban algoritmos de PROM específicas para otras enfermedades, y 4 (21%) utilizaban tanto cuestionarios específicos como no específicos. Esto demuestra que, pese al aumento en el número de cuestionarios disponibles específicos para las EERR, todavía hay bastante margen de mejora44.
Pese al aumento en el número de cuestionarios disponibles específicos para las EERR, todavía hay bastante margen de mejora
ALGUNOS RESULTADOS DE LA UTILIZACIÓN DE PROM Y PREM EN EERR
Para ilustrar la importancia de la incorporación de la perspectiva de los pacientes en EERR, conviene mencionar algunos resultados concretos relacionados con la implementación de PROM y PREM en diversos ámbitos de las enfermedades poco frecuentes.
De hecho, según una revisión sistemática que analizó 131 estudios relacionados con las enfermedades genéticas metabólicas en el periodo comprendido entre 1997 y 2017, existe una clara correlación entre el uso de medidas de CVRS reportados por los pacientes y el número de aprobaciones de medicamentos para su tratamiento (Figura 5).

En un estudio con pacientes con mielofibrosis se identificaron los síntomas que eran importantes desde la perspectiva de los pacientes, a través de entrevistas cualitativas. Posteriormente, esta información fue utilizada para crear e implementar una PROM apropiada en los ensayos clínicos relacionados con el tratamiento de esta enfermedad. El uso de una PROM relevante para los pacientes resultó en una adherencia al ensayo de más del 95%, y los resultados del estudio arrojaron una mejoría del 50% en los resultados reportados por los pacientes del grupo tratado con el fármaco estudiado, frente al grupo placebo. El resultado de este proceso fue la aprobación por parte de la FDA y de la EMA de una nueva terapia dirigida al tratamiento de esta patología3,48.
Por su parte, en pacientes con miopatía GNE, se utilizaron PROM para comprender la historia natural de una enfermedad bastante compleja, ya que se identificaron más de 150 mutaciones genéticas de la misma. Entre sus principales resultados, se pudo verificar una asociación entre el número y tipo de resultados reportados por los pacientes y la duración de la enfermedad. Estas conclusiones permitieron la elaboración de guías para el manejo de la enfermedad, y facilitaron la realización de ensayos clínicos posteriores49. Conclusiones similares han sido reportadas para la enfermedad de Pompe50.
En otro ejemplo, el uso de PROM específicos para pacientes con la enfermedad de Gaucher permitió identificar problemas personales en los pacientes que no habrían podido ser identificados a través de parámetros clínicos tradicionales. En este caso, dos quintas partes de los pacientes reportaban una restricción en las actividades relacionadas con el ocio, el trabajo o la formación, y una preocupación por convertirse en una carga emocional y económica para sus cuidadores51.
En muchos casos, también se están utilizando registros para la comprensión de los resultados reportados por los pacientes en la práctica clínica real, ya que estos pueden diferir de los resultados reportados en los ensayos clínicos. Este es el caso, por ejemplo, de un estudio realizado con pacientes con fibrosis pulmonar idiopática, que constató que, en la práctica clínica real, los pacientes presentaron peores resultados de calidad de vida de los esperados. Esta conclusión puede permitir que se tomen acciones en relación al tratamiento ofrecido, en aras de mejorar su calidad52.
En relación a las PREM, el primer estudio relacionado con estas expe- riencias reportadas por los pacientes con EERR realizado en España permitió la recogida de datos relvantes. El análisis utilizó una versión del cuestionario IEXPAC adaptada a pacientes con EERR, añadiendo 4 preguntas. De las 261 personas encuestadas (232 pacientes con EERR y 29 cuidadores), 39 (un 14,9%) habían recibido apoyo por parte de los servicios sociales en los últimos 6 meses, 73 (28%) necesitaron ser ingresados en ese mismo periodo, 153 (58,6%) necesitaron servicios de urgencia y 21 (8%) participaron en el servicio de atención domiciliaria. El análisis puso de manifiesto el reducido seguimiento posterior al ingreso hospitalario, y la falta de coordinación percibida por los pacientes que recibían cuidado domiciliario y atención por parte de los servicios sociales. El estudio concluyó que las experiencias reportadas por los pacientes con EERR fueron, de media un 42% peores que las de los pacientes con enfermedades crónicas comunes (índice IEXPAC de 3,5 vs 6,1, respectivamente) (Figura 6)53.
En relación a las PREM, el primer estudio relacionado con estas experiencias reportadas por los pacientes con EERR realizado en España permitió la recogida de datos relevantes

ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL USO DE PROM Y PREM EN EERR
Las PROM y PREM tienen un enfoque diferente, pero totalmente complementario. La evidencia muestra que la experiencia del paciente tiene un efecto claro en la percepción de sus resultados de salud y viceversa. Pese al mayor uso observado en este tipo de medidas de resultados y experiencias repor- tadas por los pacientes con EERR en los últimos años, todavía existe un largo camino por recorrer para que su utilización sea más efectiva y en mayor escala.
En este punto, cabe señalar algunas estrategias dirigidas a fomentar el impacto de estos instrumentos en el ámbito de las EERR. Una de ellas está relacionada con la mayor formación de los distintos agentes implicados (profesionales sanitarios, pacientes, gestores, etc.) en lo que concierne a su importancia, al valor intrínseco de su contenido, al hecho de que generan valores válidos, precisos y muchas veces predictivos, y que son apropiados no solamente para la atención individual, sino también para dar perspectivas más generales a los sistemas sanitarios, permitiendo una mejor monitorización de la salud de las personas con EERR6.
Asimismo, sería recomendable profundizar en el diseño de dichos instrumentos, con el fin de corregir la ausencia de instrumentos validados y específicos para EERR. Se podrían adaptar instrumentos ya existentes en otros contextos, o adaptar instrumentos diseñados para enfermedades crónicas a enfermedades raras40,53. Un elemento clave será la participación del paciente en el diseño de las encuestas, tanto de PROM como de PREM.
Además, una implementación tecnológica más rápida podría permitir un mayor impacto en el uso de PREM y PROM, como son por ejemplo los tests adaptativos. La inclusión de estos instrumentos en los sistemas de información (registros, historias clínicas unificadas, etc.) podría constituir un elemento importante en la provisión y gestión de servicios y en el tratamiento de los pacientes con EERR6. Las asociaciones de pacientes también deben tener un papel fundamental en la recogida de la experiencia.
Finalmente, la inclusión de PROM en los procesos de evaluación y acceso de los medicamentos, asociada a una mayor flexibilidad en el uso de instrumentos que no generen medidas de utilidad (que es el caso de la mayoría de PROM específicos para EERR) incentivaría un mayor uso de estos instrumentos.
En conclusión, un mayor uso de PROM y PREM en el ámbito de las EERR ayudaría a tener una visión mas holística de la situación y a centrar la atención sanitaria en los valores, preferencias y necesidades del paciente, cuya visión es imprescindible incorporar en las decisiones relativas a su tratamiento y a su recorrido por el sistema sanitario, logrando una mayor coherencia social en la toma de decisiones.
REFERENCIAS
- Aronson JK, Ferner RE, Hughes DA. Defining rewardable innovation in drug therapy. Nat Rev Drug Discov. 2012;11(4):253–254.
- Schumpeter JA. The Theory of Economic Development. An Inquiry into Profits, Capital, Credit, Interest, and the Business Cycle. Harvard Economic Studies 46. 1934.
- Basch E, Bennett AV. Patient-reported outcomes in clinical trials of rare diseases. J Gen Intern Med. 2014;29 Suppl 3:S801-803, doi: 10.1007/s11606-014-2892-z.
- FDA – Food and Drug Administration. Guidance for industry: patient-reported outcome measures: use in medical product development to support labeling claims: draft guidance. Health Qual Life Outcomes. 2006;4:79, doi: 10.1186/1477-7525-4-79.
- EMA. Reflection Paper on the use of patient reported outcome (PRO) measures in oncology studies. 2014.
- Alonso J, Ferrer Forés MM. Resultados reportados por los pacientes (PROs). 2017.
- OECD. Measuring what matters: the Patient Reported Indicator Surveys. Patient-reported indicators for assessing health system performance. 2019.
- Wolin EM, Leyden J, Goldstein G, Kolarova T, Hollander R, Warner RRP. Patient-Reported Experience of Diagnosis, Ma- nagement, and Burden of Neuroendocrine Tumors: Results From a Large Patient Survey in the United States. Pancreas. 2017;46(5):639-47, doi: 10.1097/MPA.0000000000000818.
- Fujisawa R, Klazinga NS. Measuring patient experiences (PREMS): Progress made by the OECD and its member countries between 2006 and 2016. 2017, doi: https://doi.org/10.1787/893a07d2-en.
- Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar. Opinión de los ciudadanos. Barómetro Sanitario. [accedido 11 noviembre 2020]. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/estadEstudios/estadisticas/BarometroSanitario/home_BS.htm.
- Mira J, Nuño-Solinís R, Guilabert M, Gaspar O, Fernández-Cano P, González-Mestre M, et al. Development and Validation of an Instrument for Assessing Patient Experience of Chronic Illness Care. Int J Integr Care. 2016;16, doi: 10.5334/ijic.2443.
- Guilabert M, Amil P, González-Mestre A, Gil-Sánchez E, Vila A, Contel JC, et al. The Measure of the Family Caregivers’ Expe- rience. Int J Environ Res Public Health. 2018;15(9):2040, doi: 10.3390/ijerph15092040.
- Likert R. A technique for the measurement of attitudes. Arch Psychol. 1932;22(140):55.
- Karnofsky DA, Abelmann WH, Craver LF, Burchenal JH. The use of the nitrogen mustards in the palliative treatment of carcinoma. With particular reference to bronchogenic carcinoma. Cancer. 1948;1(4):634-56, doi: 10.1002/1097-0142(194811)1:4<634::AID-CN- CR2820010410>3.0.CO;2-L.
- Steinbrocker O, Traeger CH, Batterman RC. Therapeutic criteria in rheumatoid arthritis. J Am Med Assoc. 1949;140(8):659-62, doi: 10.1001/jama.1949.02900430001001.
- Patrick DL, Bush JW, Chen MM. Methods for measuring levels of well-being for a health status index. Health Serv Res. 1973;8(3):228-45.
- Bergner M, Bobbitt RA, Kressel S, Pollard WE, Gilson BS, Morris JR. The sickness impact profile: conceptual formulation and methodology for the development of a health status measure. Int J Health Serv Plan Adm Eval. 1976;6(3):393-415, doi: 10.2190/ RHE0-GGH4-410W-LA17.
- Lambert ZV. Elderly Consumers’ Knowledge Related to Medigap Protection Needs. J Consum Aff. 1980;14(2):434-51, doi: 10.1111/j.1745-6606.1980.tb00680.x.
- McDowell I, Newell C. Measuring health: a guide to rating scales and questionnaires. New York: Oxford University Press; 1987.
- Stewart AL, Hays RD, Ware JE. The MOS short-form general health survey. Reliability and validity in a patient population. Med Care. 1988;26(7):724-35, doi: 10.1097/00005650-198807000-00007.
- Burke L. Acceptable evidence for pharmaceutical advertising and labeling. DIA Workshop on Pharmacoeconomics and Quality of Life Labeling and Marketing Claims. 2000;New Orleans (LA). Horscham (PA): Drug Information Association.
- Doward LC, McKenna SP. Defining patient-reported outcomes. Value Health J Int Soc Pharmacoeconomics Outcomes Res. 2004;7 Suppl 1:S4-8, doi: 10.1111/j.1524-4733.2004.7s102.x.
- Bull C, Byrnes J, Hettiarachchi R, Downes M. A systematic review of the validity and reliability of patient-reported experience measures. Health Serv Res. 2019;54(5):1023-35, doi: 10.1111/1475-6773.13187.
- Wild D, Grove A, Martin M, Eremenco S, McElroy S, Verjee-Lorenz A, et al. Principles of Good Practice for the Translation and Cultural Adaptation Process for Patient-Reported Outcomes (PRO) Measures: Report of the ISPOR Task Force for Translation and Cultural Adaptation. Value Health. 2005;8(2):94-104, doi: 10.1111/j.1524-4733.2005.04054.x.
- Coons SJ, Gwaltney CJ, Hays RD, Lundy JJ, Sloan JA, Revicki DA, et al. Recommendations on Evidence Needed to Support Measurement Equivalence between Electronic and Paper-Based Patient-Reported Outcome (PRO) Measures: ISPOR ePRO Good Research Practices Task Force Report. Value Health. 2009;12(4):419-29, doi: 10.1111/j.1524-4733.2008.00470.x.
- Rothman M, Burke L, Erickson P, Leidy NK, Patrick DL, Petrie CD. Use of existing patient-reported outcome (PRO) instruments and their modification: the ISPOR Good Research Practices for Evaluating and Documenting Content Validity for the Use of Existing Instruments and Their Modification PRO Task Force Report. Value Health J Int Soc Pharmacoeconomics Outcomes Res. 2009;12(8):1075-83, doi: 10.1111/j.1524-4733.2009.00603.x.
- Patrick DL, Burke LB, Gwaltney CJ, Leidy NK, Martin ML, Molsen E, et al. Content validity–establishing and reporting the evi- dence in newly developed patient-reported outcomes (PRO) instruments for medical product evaluation: ISPOR PRO good research practices task force report: part 1–eliciting concepts for a new PRO instrument. Value Health J Int Soc Pharmacoeco- nomics Outcomes Res. 2011;14(8):967-77, doi: 10.1016/j.jval.2011.06.014.
- Patrick DL, Burke LB, Gwaltney CJ, Leidy NK, Martin ML, Molsen E, et al. Content Validity—Establishing and Reporting the Evi- dence in Newly Developed Patient-Reported Outcomes (PRO) Instruments for Medical Product Evaluation: ISPOR PRO Good Research Practices Task Force Report: Part 2—Assessing Respondent Understanding. Value Health. 2011;14(8):978-88, doi: 10.1016/j.jval.2011.06.013.
- Matza LS, Patrick DL, Riley AW, Alexander JJ, Rajmil L, Pleil AM, et al. Pediatric patient-reported outcome instruments for research to support medical product labeling: report of the ISPOR PRO good research practices for the assessment of chil- dren and adolescents task force. Value Health J Int Soc Pharmacoeconomics Outcomes Res. 2013;16(4):461-79, doi: 10.1016/j. jval.2013.04.004.
- Zbrozek A, Hebert J, Gogates G, Thorell R, Dell C, Molsen E, et al. Validation of electronic systems to collect patient-reported outcome (PRO) data-recommendations for clinical trial teams: report of the ISPOR ePRO systems validation good research prac- tices task force. Value Health J Int Soc Pharmacoeconomics Outcomes Res. 2013;16(4):480-9, doi: 10.1016/j.jval.2013.04.002.
- Powers JH, Patrick DL, Walton MK, Marquis P, Cano S, Hobart J, et al. Clinician-Reported Outcome Assessments of Treatment Benefit: Report of the ISPOR Clinical Outcome Assessment Emerging Good Practices Task Force. Value Health J Int Soc Phar- macoeconomics Outcomes Res. 2017;20(1):2-14, doi: 10.1016/j.jval.2016.11.005.
- Benjamin K, Vernon MK, Patrick DL, Perfetto E, Nestler-Parr S, Burke L. Patient-Reported Outcome and Observer-Reported Outcome Assessment in Rare Disease Clinical Trials: An ISPOR COA Emerging Good Practices Task Force Report. Value Health. 2017;20(7):838-55, doi: 10.1016/j.jval.2017.05.015.
- EMA – European Medicines Agency. Reflection paper on the regulatory guidance for the use of health-related quality of life (HRQL) measures in the evaluation of medicinal products. 2005.
- EMA – European Medicines Agency. Qualification of novel methodologies for drug development: guidance to applicants. 2008.
- FDA – Food and Drug Administration. Patient-Reported Outcome Measures: Use in Medical Product Development to Su- pport Labeling Claims. U.S. Food and Drug Administration. [accedido 19 octubre 2020]. Disponible en: https://www.fda.gov/ regulatory-information/search-fda-guidance-documents/patient-reported-outcome-measures-use-medical-product-develop- ment-support-labeling-claims.
- FDA – Food and Drug Administration. Clinical Outcome Assessment (COA) Qualification Program. FDA. [accedido 19 octubre 2020]. Disponible en: https://www.fda.gov/drugs/drug-development-tool-ddt-qualification-programs/clinical-outcome-assess- ment-coa-qualification-program.
- BurkeL.HistoryofPatient-ReportedOutcomeMeasurementatFDA:MyPerspective.MapiResearchTrust.[accedido15octubre 2020]. Disponible en: https://mapi-trust.org/pro_newsletter/history-patient-reported-outcome-measurement-fda-perspective/.
- NIH. PubMed. National Library of Medicine. National Center for Biotechnology Information. PubMed. [accedido 19 octubre 2020]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/.
- Aiyegbusi OL, Isa F, Kyte D, Pankhurst T, Kerecuk L, Ferguson J, et al. Patient and clinician opinions of patient reported out- come measures (PROMs) in the management of patients with rare diseases: a qualitative study. Health Qual Life Outcomes. 2020;18(1):177, doi: 10.1186/s12955-020-01438-5.
- Morel T, Cano SJ. Measuring what matters to rare disease patients – reflections on the work by the IRDiRC taskforce on pa- tient-centered outcome measures. Orphanet J Rare Dis. 2017;12(1):171, doi: 10.1186/s13023-017-0718-x.
- Gnanasakthy A, Mordin M, Evans E, Doward L, DeMuro C. A Review of Patient-Reported Outcome Labeling in the United States (2011–2015). Value Health. 2017;20(3):420-9, doi: 10.1016/j.jval.2016.10.006.
- Gnanasakthy A, Barrett A, Evans E, D’Alessio D, Romano C (DeMuro). A Review of Patient-Reported Outcomes Labeling for On- cology Drugs Approved by the FDA and the EMA (2012-2016). Value Health. 2019;22(2):203-9, doi: 10.1016/j.jval.2018.09.2842.
- Lanar S, Acquadro C, Seaton J, Savre I, Arnould B. To what degree are orphan drugs patient-centered? A review of the current state of clinical research in rare diseases. Orphanet J Rare Dis. 2020;15(1):134, doi: 10.1186/s13023-020-01400-0.
- MeregagliaM,WhittalA,NicodE,DrummondM.«Mapping»HealthStateUtilityValuesfromNon-preference-BasedMeasures: A Systematic Literature Review in Rare Diseases. PharmacoEconomics. 2020;38(6):557-74, doi: 10.1007/s40273-020-00897-4.
- Cohen JS, Biesecker BB. Quality of life in rare genetic conditions: a systematic review of the literature. Am J Med Genet A. 2010;152A(5):1136-56, doi: 10.1002/ajmg.a.33380.
- Olveira G, Olveira C, Gaspar I, Cruz I, Dorado A, Pérez-Ruiz E, et al. Validación de la versión española del cuestionario revisado de calidad de vida para fibrosis quística en adolescentes y adultos (CFQR 14+ Spain). Arch Bronconeumol. 2010;46(4):165-75, doi: 10.1016/j.arbres.2010.01.006.
- Pascoal C, Brasil S, Francisco R, Marques-da-Silva D, Rafalko A, Jaeken J, et al. Patient and observer reported outcome measures to evaluate health-related quality of life in inherited metabolic diseases: a scoping review. Orphanet J Rare Dis. 2018;13(1):215, doi: 10.1186/s13023-018-0953-9.
- Mesa RA, Schwager S, Radia D, Cheville A, Hussein K, Niblack J, et al. The Myelofibrosis Symptom Assessment Form (MFSAF): An evidence-based brief inventory to measure quality of life and symptomatic response to treatment in myelofibrosis. Leuk Res. 2009;33(9):1199-203, doi: 10.1016/j.leukres.2009.01.035.
- Park YE, Kim DS, Choi YC, Shin JH. Progression of GNE Myopathy Based on the Patient-Reported Outcome. J Clin Neurol Seoul Korea. 2019;15(3):275-84, doi: 10.3988/jcn.2019.15.3.275.
- Yuan M, Andrinopoulou E-R, Kruijshaar ME, Lika A, Harlaar L, van der Ploeg AT, et al. Positive association between physi- cal outcomes and patient-reported outcomes in late-onset Pompe disease: a cross sectional study. Orphanet J Rare Dis. 2020;15(1):232, doi: 10.1186/s13023-020-01469-7.
- Dinur T, Istaiti M, Frydman D, Becker-Cohen M, Szer J, Zimran A, et al. Patient reported outcome measures in a large cohort of patients with type 1 Gaucher disease. Orphanet J Rare Dis. 2020;15(1):284, doi: 10.1186/s13023-020-01544-z.
- Kreuter M, Swigris J, Pittrow D, Geier S, Klotsche J, Prasse A, et al. Health related quality of life in patients with idiopathic pulmonary fibrosis in clinical practice: insights-IPF registry. Respir Res. 2017;18(1):139, doi: 10.1186/s12931-017-0621-y.
- Guilabert M, Martínez-García A, Sala-González M, Gaspar O, Mira J. Results of a PREM to measure the rare disease patients’ caregivers experience: A Spanish cross-sectional study. 2020.