
Horgan D, Spanic T, Apostolidis K, Curigliano G, Chorostowska-Wynimko J, Dauben HP, et al. Towards Better Pharmaceutical Provision in Europe-Who Decides the Future? Healthcare (Basel). 2022 Aug 22;10(8):1594. https://doi.org/10.3390/healthcare10081594
José Manuel Martínez Sesmero. Subdirector Médico del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza
Resumen
En los últimos años en la UE se han logrado diferentes avances significativos en el contexto de la salud humana. Se han desarrollado nuevos medicamentos, vacunas y tratamientos para abordar algunas de las principales causas de enfermedades, muchas de ellas potencialmente mortales. Está claro que la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) de medicamentos y tratamientos innovadores es esencial para avanzar en la prevención y el tratamiento de enfermedades.
De cara a los procesos legislativos, en torno al sector farmacéutico, que deberían comenzar a finales de 2022, las discusiones y el debate debieran centrarse en cómo Europa puede y debe promover mejor los enormes beneficios potenciales de la nueva perspectiva de la ciencia y tecnología. Para ello, hay que tener en cuenta los retos de la asistencia sanitaria europea, que quedaron detallados por diferentes panelistas en la mesa redonda organizada por la Alianza Europea para la Medicina Personalizada (EAPM).
Los resultados de las discusiones de los panelistas se han resumido y reorganizado en este documento bajo seis dimensiones:
1. Innovación
2. Necesidades médicas insatisfechas
3. Acceso
4. Seguridad en el suministro
5. Adaptación al progreso
6. Eficiencia
Algunas de las conclusiones que surgieron del panel son un llamamiento a una mejor solución holística y una correcta visión del futuro de la industria farmacéutica, así como de la salud en Europa, además de un esfuerzo colaborativo entre todas las partes interesadas, que ven la prestación farmacéutica como parte de un panorama más amplio de la atención sanitaria.
Comentario
Los autores han basado este documento en una revisión sistemática de la literatura con el objetivo de contextualizar los retos y oportunidades relacionados con la esperada revisión de la legislación del sector farmacéutico. La descripción metodológica es adecuada y concisa, y se ajusta al objetivo que se persigue. El panel de expertos consultados es variado y de alto nivel de cualificación, tanto técnica, como política, por lo que podemos afirmar que las conclusiones y recomendaciones que se reflejan en este artículo merecen una lectura detenida y reflexiva. Dentro de las principales sugerencias que se destilan del texto se encuentra la propuesta de conseguir un enfoque óptimo y más útil, fundamentado en reemplazar el actual pensamiento en silos por una visión basada en el consenso que pivota en el interés común, y en ir mejorando y adaptando constantemente los servicios y productos al conjunto de la Unión Europa, sabiendo y demostrando que la salud es riqueza, y viceversa.
Para poder conseguir este nuevo propósito los autores recomiendan centrarse en seis dimensiones: innovación, necesidades médicas insatisfechas, acceso, seguridad en el suministro, adaptación al progreso y eficiencia. A muy buen seguro todos los lectores de este comentario convendrán conmigo en afirmar que la propuesta que nos realizan es más que certera. Respecto a la dimensión de innovación se centran en las mejoras necesarias para hacer atractivo el entorno europeo a la inversión privada (incentivos regulatorios, evaluaciones ágiles, protección de datos y exclusividad de mercado), pero obvian que también sería deseable un capítulo de inversiones propias que fomenten la innovación abierta. En cuanto a las necesidades clínicas no cubiertas, la propuesta es un tanto difusa, si bien es cierto que recalcan la prioridad en conseguir un modelo organizativo centrado en definir y encontrar soluciones en salud para las personas. Al hilo del acceso, el diagnóstico de situación vuelve a poner el dedo en la llaga, ya que Europa es lenta en esta dimensión. De hecho, este es uno de los aspectos capitales a la hora de reformar los aspectos legislativos y, cómo no, evitando las tremendas desigualdades existen entre los países de la Unión Europea. El comentario resumido de la seguridad en el suministro converge en algo sabido y sufrido por todos los europeos, la dependencia de terceros países sufrida en la pandemia COVID; y no basta con mejorar la comunicación y coordinación, sino se hace necesario una política práctica y presupuestada que fomente la autonomía de producción de medicamentos y productos sanitarios esenciales. La adaptación al progreso es algo que todos entendemos como una premisa básica, pero este documento no explora adecuadamente las sinergias con otros sectores socioeconómicos y tecnológicos, y se centra exclusivamente en los últimos avances en oncología. Finalmente, bajo el paraguas de la eficiencia, es donde se enmarca el concepto de “digitalización” así como el de aceleración en el desarrollo de ensayos clínicos, obviando algo tan importante como una revisión y aplicación de las metodologías de evaluación de tecnologías sanitarias, a parte de la consabida disparidad en la aplicación del concepto “salud basada en valor”.